sábado, 13 de septiembre de 2008

Punto de encuentro con la memoria

por Adrián Franco

Caminando entre Ruinas
Memorias de un defeño
Presentación dictada el 22 de junio de 2008 en Jerez, Zac.

La voz de la costumbre repite cotidiana e incansable: “recordar es vivir”. Y a pesar de ello, escribir desde la íntima hondura de la memoria puede llegar a ser, en ocasiones, un supremo esfuerzo del espíritu. Al menos así me lo sugiere la lectura de Caminando Entre Ruinas Memorias de un Defeño. En casi trescientas hojas de papel, Gonzalo Gutiérrez Trujillo abre ante nosotros una página metafórica en la que convergen al unísono virtudes, egos, vicisitudes, anhelos , nostalgias , inquietudes, sinsabores, reproches, dichas… todas el las nociones tan sencillamente humanas, que su autor, apoyado en el acierto de un lenguaje llano, evade en unas cuantas líneas la posible suspicacia de sus lectores acerca de la veracidad y precisión de sus memorias.

Sean o no “pocos y poco probables” los lectores de sus páginas, me queda claro que, a pesar de las coincidencias y divergencias sobre los juicios de valor emitidos en la obra, dictaminar estas memorias como un “acto de soberbia” sería un error sólo permisible por un lector, en efecto, aquejado por la arrogancia. Como millones de historias, (incluida la mía) la de Gonzalo Gutiérrez Trujillo surge como resultante del éxodo de la provincia lastimada hacia lo que fue el último refugio en el convulso México de finales del siglo XIX y poco más de la primera mitad del XX. La historia particular de aquéllos nacidos en la Ciudad de México, de padres provincianos, guarda inevitablemente paralelismos tangibles e intangibles. La mezcla cultural en convergencia al crecimiento exponencial de la mancha urbana, aunado al desarrollo acelerado de las tecnologías y su efecto inmediato en el entorno citadino, nos sugiere un proceso en apariencia caótico, que sin embargo, al llevarlo de lo general al plano individual, adquiere sentido si contemplamos sus efectos en las decisiones de vida de quienes tuvieron la dicha de forjarse a sí mismos en la plena gestación de lo que hoy es y significa la multiforme Ciudad de México.

Caminando entre Ruinas Memorias de un Defeño, más que reunir un compendio curricular sobre su autor, nos comparte de manera anecdótica los sucesos cuya sumatoria repercutieron en las decisiones de vida de Gonzalo Gutiérrez Trujillo. Si bien, como el mismo autor lo reconoce, no se trata de un estilo narrativo evocador de MarcelProust, la estructura de sus relatos nos lleva de la mano a comprender, desde su propia perspectiva, las distintas valoraciones que a lo largo del tiempo han ido definiendo el rumbo de su vida en lo profesional y lo personal. No se trata entonces de una relatoría plana y monótona de sus aciertos o errores cometidos. Se trata más bien de un ejercicio autocontemplat ivo, una interpretación de sus motivos, y supongo que también, de manera deliberada o no, de un redescubrimiento del autor con su persona.

En una lectura cualquiera, sea real o ficticia, ¿qué es lo que origina en el lector la prestancia para continuar leyéndole? Sin duda, el elemento nodal estriba en un vínculo identificador, consciente o inconsciente, entre el autor y sus lectores. Si bien este elemento vinculador no tiene necesariamente que ser el mismo para todos, lo cierto es que cuanto más sustanciosa sea la historia, mayor es también la posibilidad de hallar un espacio en el cual vernos reflejados mediante la vivencia que se nos relata. En lo personal, he de reconocer que dos puntos primordiales del libro en cuestión captaron mi interés de manera sobresaliente. El primero, al inicio de la obra, cuando el autor narra las diversas historias familiares de sus antepasados, que terminaron por llevarles a emigrar a la Ciudad de México, evocaron en mi interior las historias de mis abuelos, llegados desdeZacatecas y Morelos, impulsados por la necesidad, no la aventura, y sometidos a conflictos comunes entre sí, pero aferrados a la determinación por salir avante por dar a sus hijos (mis padres) un abanico de posibilidades de vida que en sus lugares de origen no sería factible concebir.

Un segundo punto que me tocó profundamente es la remembranza del autor sobre el terremoto de 1985. Confirmo en sus palabras lo que antes he escuchado de muchos otros que también lo vivieron: ese día la fuerza de la rutina diaria nos impedía percibir la verdadera magnitud de la catástrofe; sí, había sido una sacudida fuerte, pero por fortuna eran apenas las 7:19 de la mañana. Pensábamos que el resto del día sería como cualquier otro, hasta que, al recorrer las calles de siempre, el panorama nos mostraba una ciudad que ya era otra, las miradas se buscaban entre sí con incrédulo azoro, y un silencio imposible, reptante, silbaba por las calles, sobre el agrietado asfalto.

Ahora bien, no todo se remite a emigraciones y terremotos. Gonzalo Gutiérrez Trujillo nos obsequia una visión integral de vida a través del cristal pulido con los años, con la claridad de quien, al paso del tiempo, es capaz de contemplar su reflejo sin orgullecerse, ni mucho menos arrepentirse, de su insegura valentía juvenil, su ingenuidad, sus impulsos, su innegable suer te (a veces afor tunada, otras vergonzante) en su práctica ginecobstetricia. Se trata, en primera instancia, de un autorretrato honesto, en el cual es posible percibir, como ocurre en una charla entre viejos amigos, los motivos que le han llevado a ser lo que su destino aguardaba convertirse. Es así como, en su primera mitad, las memorias de Gonzalo Gutiérrez Trujillo nos adentran en la mente del niño, y más tarde en el médico, para entonces conocer, con plena credibilidad, lo que en el plano familiar y profesional es ya un legado para sus nietos y su profesión. Desde los Altos de Jalisco hasta la India, las vivencias del Dr. Gonzalo Gutiérrez nos dejan una estela de enseñanza. Por sobre sus numerosos logros en el medio de la investigación médica y la salud pública, lo que el libro nos obsequia es una filosofía de vida.

Ésta es la manera como Caminando Entre Ruinas Memorias de un Defeño, atrapa la atención de sus lectores. Es tal la riqueza vivencial de su autor que difícilmente podemos decir que entre él y nosotros no existe nada en común. Por el contrario, Gonzalo Gutiérrez Trujillo se despoja de su yo ideal y nos brinda no un ejemplo de vida, sino un modo de vivir, desprovisto de máscaras y de adjetivos, apegada a la objetividad que sólo es asequible en quienes gozan de la plenitud de ser fieles a sus orígenes, a sus principios, y por encima de todo, congruentes con su imperfecta condición humana, mas siempre en busca de alcanzar un ideal.


Gonzalo Gutiérrez Trujillo es médico pediatra, infectólogo y salubrista. Nació en la Ciudad de México en 1931. Ejerció la medicina privada durante treinta años y ha trabajado en diferentes instituciones públicas durante más de cincuenta. En la Facultad de Medicina de la UNAM fue profesor de pediatría y de infectología. Es autor de un libro de texto de infectología con 16 ediciones y ha publicado más de 270 artículos científicos y de divulgación en revistas y libros nacionales y extranjeros.En 1984 fue designado miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM y en 1988, investigador del Sistema Nacional de Investigadores.En 2002 la Academia Mexicana de Pediatría le otorgó el Premio Mario A. Torroella al Mérito Académico, y en 2003 el Consejo de Salubridad General, el Premio Gerardo Varela al Mérito en Salud Pública. Actualmente es editor del Boletín Médico del Hospital Infantil de México.


GUTIÉRREZ TRUJILLO, GONZALO. Caminando entre ruinas Memorias de un defeño. Méndez Editores México, D.F. 2008


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Adrián Franco (Cd. de México, 1976) Ingeniero y escritor. Ha publicado poesía y traducción en diversos medios impresos y electrónicos de México, e impartido talleres de creación literaria. Fundador del Grupo Cultural Ouroboros. Es editor de la revista Ágora.

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