sábado, 12 de abril de 2008

I

por Rodrigo Alemany

la pradera no conocía nuestros más íntimos secretos

y subí a la montura y cabalgué como una montaña
y derramé cuatro cuatro amatistas como una montaña
y sublevé irónicos corsarios que no creían en la tierra prometida
[ como una montaña

y me transformé en cuatro cuatro hilos de plomo como una montaña
y saqué los palafitos ácidos de serpientes nevadas como una montaña
y me convertí en tu luz volví a la metafísica como una montaña

abrí el lodo medicinal escondido en tus hongos lodo universal
[ alucinógeno indígena
bramando truenos de edificio en escombros
piedra a piedra tótem e histeria de placer equidistante
[ como una montaña

y comprendí la sinfonía del aromo en llamas a tus pies
[ como una montaña
y amarré cuatro cuatro botones al nudo ciego del cáñamo
[ como una montaña
y amanecí traslúcido amanecí traslúcido
[ como una montaña
como una montaña
como una montaña


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Rodrigo Alemany (Santiago de Chile, 1969) Poeta, en 1995 publicó el libro Viajero No. 5, con Editorial Aldus. Ha participado en distintos encuentros de poesía y ha publicado en diferentes revistas literarias de México.

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