sábado, 15 de noviembre de 2008

Tormento

por Emile Cioran

La soledad es insoportable, a solas conmigo mismo, a solas con mis pensamientos.

No sé cómo distraerlos, cómo atontarlos para que no me atormenten. Surge entonces la rabia ante la impotencia, y la agresividad es un pequeño paso que doy en ese estado.

Sentirse solo y estar solo no es lo mismo, pero en mi caso, sí, me siento solo aún cuando no estoy solo, pero lo siento mucho más cuando esa soledad es también física.

¿Soy demasiado consciente de la realidad, y los demás viven sueño de idiotas del que no quieren despertar (cosa que no les reprocho), o soy yo el estúpido que cree ver demasiado, sin ver nada?

Sea cual sea la respuesta, puedo decir que nunca he pedido estar aquí y aún estando aquí, sólo pienso en cómo salir, sin hacer ruido, sin que se note mi ausencia, como si nunca hubiera estado. Y de esa manera, sentir la ilusión de no haber existido nunca.



No hay comentarios:

Publicar un comentario